15/12/08

Criterios para un consumo responsable

Para ejercer un consumo responsable tenemos que tener en cuenta no sólo la calidad y precio de aquello que consumimos, sino también su impacto ambiental y social, y por tanto, también la conducta de las empresas que los elaboran.

Pero ejercer un consumo responsable no equivale a comprar productos que disminuyen el impacto que produce su producción sino que se debe minimizar el consumo, consumiendo sólo lo necesario. Para cumplir esta premisa debemos hacer un análisis crítico sobre nuestras necesidades, ya que muchas veces estas son necesidades creadas, y por tanto no reales.
El consumo nos convierte en corresponsables de los impactos sociales y ambientales que supone producción de aquello que consumimos.
Debemos priorizar productos con menores impactos ambientales y reducir el consumo de los limitados recursos naturales de que disponemos, además de garantizar los mismos derechos para todas las personas, teniendo en cuenta los productos que valoran la justicia social, la ética y la solidaridad, así como la protección del medio ambiente.

La ciudadanía puede convertir su capacidad de compra en un importante instrumento de presión, influyendo enormemente en las prácticas empresariales.




Básandonos en esas premisas hay una serie de cuestiones que deberíamos hacernos a la hora de ejercer nuestro poder de consumo
¿Necesito lo que voy a comprar? ¿Quiero satisfacer un deseo? ¿Estoy eligiendo libremente o es una compra compulsiva? ¿Cuántos tengo ya? ¿Cuánto lo voy a usar? ¿Cuánto me va a durar? ¿Podría pedirlo prestado a alguien? ¿Puedo pasar sin ello? ¿Voy a poder mantenerlo/limpiarlo/repararlo yo mismo? ¿Tengo ganas de hacerlo?

¿He buscado información para conseguir mejor calidad y menor precio? ¿Cómo me voy a deshacer de él una vez que haya terminado de usarlo? ¿Está hecho con materiales reciclables? ¿Las materias primas que se usaron son renovables? ¿Hay algo que yo posea que pueda reemplazarlo? ¿Me he informado de quién y cómo se ha realizado el producto?

Cada uno de nosotros tenemos que dar la respuesta teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, realizar un consumo responsable sólo implica realizar un cambio en nuestros hábitos de consumo que no conllevan comportamientos muy diferentes a los que ya tenemos, no producen inconvenientes considerables y no requieren esfuerzos específicos adicionales.